miércoles, 6 de octubre de 2010

Ideologías que Matan

Leía las declaraciones de la Ministra de Igualdad de España respecto al aborto. Es un clásico del pensamiento socialista del actual gobierno español, trágicamente semejante por cierto a la izquierda mexicana.

Para justificar la nueva Ley de Aborto (aborto libre hasta la semana 14), la ministra de Igualdad de España, Aído, explica que “abortar no supone acabar con una vida humana porque sobre el concepto de ser humano no existe una opinión unánime, una evidencia científica, ya que por vida humana nos referimos a un concepto complejo basado en ideas o creencias filosóficas, morales, sociales y, en definitiva, sometida a opiniones o preferencias personales”.

Al respecto, ha decidido ignorar que cerca de 3,000 intelectuales, catedráticos, profesores universitarios y profesionales médicos y sanitarios, muchos de ellos especialistas en Biología Celular, Genética, Bioética o Microbiología, como los profesores César Nombela, Nicolás Jouvé o Mónica López Barahona rubricaron en marzo de 2009 el Manifiesto de Madrid, considerado como “una referencia insoslayable de la opinión científica española sobre el aborto”. En su informe, los firmantes dejaron claro que “la vida humana empieza en el momento de la gestación”.

Esta evidencia fue olímpicamente ignorada por la ministra, que ya ha expuesto su opinión de que “un feto de 13 semanas es un ser vivo, pero no es un ser humano”. Esto es absolutamente impresionante por ilógico y ridículo. A ver, los chimpancés generan fetos de su especie, los perros fetos de su especie, los elefantes fetos de su especie; ningún ser vivo da lugar a un feto de otra especie. Un ser humano genera fetos humanos, no de pato o de gato o de iguana. ¿Es tan difícil pensar con lógica?

Si no me fallan los conceptos básicos de biología, lo que define y diferencia una especie de otra en su ADN, aunque la diferencia fuera mínima. Un feto humano posee el ADN humano, ni más ni menos. Pero el gobierno español está comprometido con la campaña y presión abortista internacional, tal como lo está la izquierda mexicana.

Un pequeño ejemplo de esta ideología de la socialista España: el Ministerio de Cultura calificó la cinta documental "Blood Money", que desvela la realidad del negocio abortista, como "para mayores de 18 años". Y sin embargo, decidió que las adolescentes del país pueden abortar sin el consentimiento de sus padres. Por una lado intenta evitar la asistencia a las salas de las adolescentes y por el otro, empuja y anima a abortar a las menores.

Gádor Joya, portavoz de Derecho a Vivir, sostiene que "la calificación otorgada vuelve a mostrar a quién sirve el Ejecutivo de Zapatero que no es otro que el negocio de sangre y sin escrúpulos que representa el aborto, precisamente lo que ‘Blood Money’ nos muestra”…

Los argumentos y conceptos manejados por los grupos de presión abortista son semejantes en todos los países del mundo, en España, en México, en Brasil, en Centroamérica, etc., lo que deja de manifiesto que se trata de un lobby internacional que pugna por la liberación del aborto. Es sencillo darse cuenta que existen intereses de muchos tipos en esta promoción. Muchos programas de uso de anticonceptivos y de aborto libre son financiados por organismos como la Planned Parenthood, la internacional abortista más grande del mundo. Además, instancias como la UNICEF, que debieran trabajar por el bien de la niñez, tienen entre sus agendas la contracepción y la anticoncepción en sus políticas y programas a nivel mundial, particularmente visible esto en los países del tercer mundo.

Imagen tomada de http://quantaperdida.blogsome.com/

martes, 5 de octubre de 2010

¿Nos sirve de algo la moral?

Es fácil identificar en una plática o encuesta rápida entre conocidos, la creencia generalizada de que la moral es un asunto relacionado con la religión como un sistema de control sobre los creyentes. Este pensamiento tiene su fundamento en la ya añeja influencia liberal en la educación, de los medios de comunicación, los círculos de poder (de izquierda, particularmente), etc. Sin embargo, creo que ese punto de vista no valora la moral en su aporte real a nuestra sociedad y convivencia.

El hombre es un ser libre, pero la libertad absoluta e ilimitada es imposible. Y es la moral que establece límites de la libertad de uno en beneficio del otro. Sin moral la autoridad terminaría en dictadura; la medicina sería solo comercio; la verdad y la mentira tendrían el mismo valor; la mujer pasaría de persona a objeto de placer; la sexualidad perdería su dignidad; la paternidad y la maternidad se reducirían a un conjunto de obligaciones molestas; no habría diferencia entre noviazgo y promiscuidad; ninguna guerra sería injusta, y si lo fuera, no sería mala, pues la maldad y la bondad son conceptos morales, no jurídicos, etc.

Y es que no basta el marco legal de la sociedad para delimitar el actuar de las personas, debido a que muchos conceptos y determinaciones de las leyes no son moralmente lícitas. Tampoco es suficiente la ética o los valores civiles que nos puede proporcionar la educación institucional, puesto que el corazón del hombre no se sujeta siempre a estas normas de conducta. La moral tiene su fundamento en la conciencia, la cual, al tener su sitio en el yo íntimo de la persona, implica mayor convicción y adhesión.

Todo esto a colación de la concesión del premio Nobel de medicina a Robert Edwards por sus investigaciones en la fertilización in Vitro. No se trata de menospreciar el trabajo del Sr. Edwards, puesto que ha aportado mucho al campo de la reproducción humana. Muchas parejas han concebido a través de este procedimiento, pero a costa del debilitamiento de la dignidad de la persona humana. Millones de embriones han sido creados y eliminados en estos procedimientos, como si se tratara de animales experimentales especialmente en las primeras etapas. Con esto, los embriones son vistos como bienes, en vez de individuos humanos.

Reconozco el dolor que implica la infertilidad, algunos amigos muy queridos se encuentran en tal situación, pero la investigación y tratamientos para la infertilidad deben respetar la dignidad del embrión humano, solo por ser humano. Vaya ¡incluso los estudios sobre efectos y mecanismos de las drogas se realizan con ratas de laboratorio! Si no se tienen en cuenta aspectos morales, no se tardarían los estudios de este tipo directamente en humanos (tampoco soy ingenuo, ocurren éstos, como ha salido a la luz pública respecto a experimentos del gobierno estadounidense en décadas recientes con guatemaltecos la infectarles de sífilis).

Actualmente, con la fertilización In Vitro, existe un mercado de embriones humanos congelados que esperan ser colocados en un útero, ser usados en investigaciones o simplemente ser destruidos. Estamos hablando de vidas humanas.

En fin, este es un asunto de límites entre libertad y libertinaje. No se trata de motivos religiosos, que por si mismos tienen peso específico, sino de humanidad. ¿Cuál es el límite del actuar del hombre si no existiera la moral?

Por otra parte, a mi parecer, se trata de una decisión ideológica (políticamente correcta o de moda) del comité Nobel, ya que había otras opciones para otorgar este premio, como a McCullock y Till, descubridores de las células estaminales; o Yamanaka, el primero en crear una célula pluripotente inducida a partir de las células ratones.

Necesitamos re-educarnos en la moralidad como sociedad.